RESPONDIENDO A BORJA COBEAGA

Borja Cobeaga acaba de fracasar estrepitosamente con su segunda película. Después de que en 2009 diera el salto al largometraje con Pagafantas, y el dudoso éxito en taquilla que supuso (pese a recaudar dos millones de euros, la película supongo que no resultó rentable), hace unos meses lo intentaba con No controles y la jugada no le salió bien. Ni de lejos. Debió pensar que acababa de descubrir la fórmula coca-cola del cinespañol e intentó usar el mismo esquema con el que acababa de salir más o menos airoso como director pero con un presupuesto reducido a la mitad. De esa forma, el sentido común le decía que podría hacer que las cuentas le salieran. Pero no. Porque tan solo 77.500 almas sucumbieron a sus encantos y terminó con una taquilla de 493.822 euros lo que, para quien no lo sepa, puede traducirse en unos 150.000 euros de beneficio neto para una producción de un millón de euros. O lo que es lo mismo: lejos del beneficio esperado, la película supuso un agujero en las cuentas de 850.000 euros. ¿Ahora se entiende el vergonzoso artículo que Cobeaga publicaba el otro día en El País bajo el título “Nos odian”?

Es verdad que uno tiene derecho al pataleo. Pero unas semanas deberían haber bastado para que el pobre hombre hubiese pensado fríamente las cosas o, al menos, sus seres queridos le hubieran parado los pies antes de hacer tan tremendamente el ridículo, en esta suerte de humillación pública a la que él mismo se ha condenado y de la que yo destacaría cuatro cosas.

Primero, la suerte de patología psicológica que Cobeaga parece sufrir. Yo no sé nada de estos temas pero a mí me hace recordar al bueno de Russell Crowe interpretando a  un John Nass que, a la vez que genial matemático, era víctima de una esquizofrenia paranoica. Porque no hay razones objetivas para afirmar lo que él afirma ni datos que lo contrasten. Es verdad que la teoría conspirativa de la campaña mediática en su contra es un argumento que desde dentro de la industria se da mucho. Hace poco en un acto para productores al que pude asistir se quejaban de lo vergonzosa que les resultaba la cobertura mediática que se había dado a la propuesta de la Academia de mandar También la lluvia como candidata española a los Oscar precisamente en El País. Están convencidos de ello. No sólo la derecha mediática sería, pues, responsable de su mal, sino que también la izquierda les habría abandonado. En cualquier caso, es mentira. Porque si ese odio existiera ningún producto español alcanzaría el éxito y los españoles huirían como de la peste cada vez que identificasen ante sus ojos a alguien de la tribu. Y no es así (y el propio Cobeaga lo dice y no oculta su sorpresa ante tal contradicción). Porque no resulta difícil nombrar películas españolas recientes que hayan superado los 6 millones de taquilla (Celda 211, Ágora, Tres metros sobre el cielo…). Por no hablar de los Torrentes, suma total de todo cuanto podría ser considerado como los males del cinespañol, y sin embargo producto rentable donde los haya (veremos este viernes cómo le va a Segura). O, más fácil todavía, simplemente mirar las series que literalmente arrasan en España y ver cuántas de ellas son nacionales y cuántas extranjeras. Así que no existe tal odio generalizado y la gente va a ver simplemente lo que le gusta, sea español o mozambiqueño. Si entre esas opciones no ha estado No controles, se siente.

Con esto entramos en el segundo de los puntos a destacar. Dice Cobeaga que “gran parte de la población española abomina de su cine”. Ya hemos visto que tal cosa no puede afirmarse objetivamente. Pero en cualquier caso, ¿qué es eso de “su cine”? ¿Pero existe un pensamiento más cerril que este? ¿De verdad Cobeaga en los grandes almacenes discrimina a la hora de comprar entre “sus camisas” o “sus zapatos” o “sus judías verdes”? Lo cual deja entrever la cortedad de miras del mainstream encargado de la producción española y una de las razones reales –esta sí, y mucho- del fracaso nacional.

En tercer lugar, no puedo dejar de resaltar la horrorosa actitud tribal que desde el mismo título rezuma por todo el artículo: “nos odian”. Como si de un clan unitario se tratase. Como si una sola familia, homogénea y consanguínea, fuese la encargada de todo eso que llaman “el cine español”, Cobeaga se expresa siempre con el derecho de hablar por boca de todos, siempre en primera persona del plural. Y siempre, por cierto, con la arrogancia de quien se sabe en posesión de una verdad (se les odia) no puesta en duda en ningún momento, pese a la falsedad de la misma, como ya hemos demostrado.

En cuarto y último lugar, quisiera dar en algo la razón a Cobeaga. Porque es verdad que “otros gremios reciben ayudas, pero yo no he visto muchas manifestaciones en una plantación de tomates o delante de una caja de ahorros”. Lo malo es que a partir de ahí el pobre vuelve a las mentiras. Porque tampoco he visto yo a nadie manifestándose contra las ayudas al cine, pese a la mala imagen que éstas tienen en contraposición a muchísimas otras existentes. En lo que no entra el director es en averiguar la causa de tal discriminación. Porque quizá los espectadores (lejos de buscar “una excusa para atacarnos”) ven en este tipo de ayudas el paradigma de la inutilidad, el ejemplo claro de un dinero que les es arrebatado para ser invertido en una actividad que en ningún caso les va a reportar ninguna clase de beneficio.

Un artículo, en fin, que provoca fundamentalmente vergüenza ajena, que no entra a valorar en ningún caso las verdaderas causas del fracaso de la industria cinematográfica española y, sobre todo, plagado de mentiras (y gordas).

5 respuestas to “RESPONDIENDO A BORJA COBEAGA”

  1. alberto.djusto Says:

    bien, bien, dando palos como esperaba jeje 😀

  2. Pagafantas no la vi, pero he de decir que No controles me encantó como comedieta de humor 🙂

  3. […] Centauros del Desierto Just another WordPress.com site « RESPONDIENDO A BORJA COBEAGA […]

Replica a UN RESPETO: LLEGA TORRENTE 4 « Centauros del Desierto Cancelar la respuesta